The Crown, realidad y ficción

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Hoy se estrena la tercera temporada de ‘The Crown’, centrada en los años sesenta. ¿Qué licencias se ha tomado la serie con sus protagonistas?

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La evolución familiar y como jefa de Estado de Isabel II centra buena parte de los argumentos de la serie ‘The Crown’.

Dominio público / Netflix España

La fascinación que despierta la realeza británica en sus súbditos no es nada nuevo. Sin embargo, desde 2016, un nuevo grado de empatía hacia la reina Isabel II y su familia ha desencadenado una conexión todavía más estrecha y más íntima, en cierto modo, entre el pueblo británico y su monarca. ¿La razón? El éxito de la serie de televisión The Crown, que hoy estrena su tercera temporada en Netflix.

Creada y escrita por Peter Morgan, guionista de la película The Queen y de la pieza teatral The Audience, sobre los encuentros semanales de la reina con sus primeros ministros, la serie supone una incursión en la vida de la soberana y su familia, la dramatización de unos personajes que, a pesar de representar la élite por excelencia, vienen a ser un reflejo de los sueños y deseos de la sociedad británica a lo largo de las décadas.

La abdicación de Eduardo VIII, los amores de la princesa Margarita, la relación del príncipe Carlos y lady Di... Episodios concretos y figuras que han marcado a distintas generaciones y que tantas veces han ocupado la primera plana de los grandes medios. Todos ellos forman parte ahora de una ficción televisiva que ha enganchado a millones de personas en todo el mundo y ha cosechado numerosos premios en sus dos primeras temporadas.

The Crown lleva al espectador más allá de las puertas de Buckingham, hasta las estancias de sus residentes

En palabras de Robert Lacey, historiador experto en la monarquía y consultor de la serie, “a los historiadores se acude para organizar los fragmentos de evidencia disponibles sobre las complejidades del pasado, pero son los dramaturgos quienes nos disparan el pulso y nos sacan la lágrima, los que nos dan ese toque real de sentimiento que nos da la sensación de estar allí”.

En este sentido, The Crown lleva al espectador más allá de las puertas de Buckingham Palace, hasta las estancias privadas de sus residentes. Y no solo eso, sino que sitúa la trama en un contexto político y social sólido, en el que los hechos históricos que han marcado cada una de las décadas del reinado de Isabel I I acaban desempeñando un papel crucial en cada capítulo de la serie.

Y llega la eterna pregunta: ¿qué es ficción y qué es realidad? Aunque no hay que olvidar que se trata de una serie televisiva, en la que el entretenimiento es el principal objetivo, los hechos que se narran en The Crown son perfectamente reales. De ahí que Peter Morgan cuente también con un equipo de una decena de personas dedicadas por completo a investigar sobre acontecimientos, figuras y anécdotas.

Su fin es que la ficción pueda ser lo más rigurosa posible y acercarse así a lo que realmente vivieron, dijeron y sintieron sus protagonistas. Unos protagonistas que, en la serie, tienen mucho de verdad histórica y una pizca de licencias argumentales:

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Isabel II (a la izqda.) está interpretada en la serie por Claire Foy (arriba a la dcha.) y Olivia Colman (abajo), esta última en la tercera temporada.

Dominio público / Netflix España

La reina Isabel II

Interpretada por Claire Foy y Olivia Colman, es la gran protagonista. Llamada a reinar a muy temprana edad, Isabel II se ha convertido en la monarca más longeva del Reino Unido.

La curiosidad: tal como aparece en la serie, se enteró de que su padre había muerto durante un viaje oficial en Kenia. Era la primera soberana que recibía aviso de su investidura en el extranjero después de 200 años.

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El actor Jared Harris da vida a Jorge VI.

Dominio público / Netflix España

Jorge VI

Interpretado por Jared Harris en la ficción, Jorge VI fue el rey que no estaba destinado a reinar. En 1937 aceptó el encargo de convertirse en soberano tras la abdicación de su hermano, Eduardo VIII, y reinó hasta su temprana muerte, en 1952.

La curiosidad: en uno de los primeros capítulos de la serie, el rey es sometido a una operación en el mismo Buckingham Palace, proceso durante el cual le extirpan un pulmón. Totalmente cierto.

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Matt Smith (arriba a la dcha., en las dos primeras temporadas) y Tobias Menzies (abajo, en la tercera) dan vida al duque de Edimburgo (izqda.).

Dominio público / Netflix España

El duque de Edimburgo

Interpretado por Matt Smith y Tobias Menzies, el príncipe consorte es uno de los personajes más destacados y polémicos de la serie, ya que parte de sus tramas giran en torno a sus siempre rumoreadas –pero nunca probadas– juergas e infidelidades.

La curiosidad: en un capítulo de la segunda temporada, centrado en su infancia, se insinúa que el accidente que acabó con la vida de su hermana fue en parte culpa suya. Más tarde también se dice que fue intransigente con la educación de su hijo Carlos e indiferente a sus sentimientos. Este es el único capítulo que ha generado una reacción –negativa– por parte de la reina.

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Eduardo VIII está interpretado por el actor Alex Jennings.

Dominio público / Netflix España

El duque de Windsor

El que durante solo unos meses fuera el rey Eduardo VIII (interpretado por Alex Jennings) abdicó a favor de su hermano para poder casarse con Wallis Simpson, dos veces divorciada. Es el único monarca británico en haber renunciado voluntariamente a la Corona.

La curiosidad: en la serie, los duques se refieren a los miembros de la familia real con apodos como “galleta”, para la reina madre, o “Shirley Temple”, para Isabel II. ¡Verdadero!

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La princesa Margarita está interpretada por Vanessa Kirby (arriba a la dcha.) en las dos primeras temporadas y por Helena Bonham Carter (abajo) en la tercera.

Dominio público / Netflix España

La princesa Margarita

Interpretada por Vanessa Kirby y Helena Bonham Carter, la hermana pequeña de la reina se ha convertido en uno de los personajes favoritos de los espectadores, sobre todo por su rebeldía y modernidad.

La curiosidad: al contrario de lo que se dice en la ficción, fue ella quien puso punto final a su tortuoso romance con el divorciado capitán Peter Townsend. La reina y el primer ministro Anthony Eden habían acordado cambiar la legislación para permitir el matrimonio, pero ella lo descartó.

Este texto forma parte de un artículo publicado en el número 620 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a [email protected].

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